La crisis hídrica que afronta la capital del Meta ha cobrado su primera cabeza visible en el gabinete municipal. En días recientes, se oficializó la renuncia de Augusto Alejandro Aponte Pinzón a la gerencia de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio (EAAV), marcando un punto de inflexión en la gestión de la emergencia que mantiene a miles de hogares sin un suministro estable de agua.
La salida de Aponte se produce en medio de una fuerte presión ciudadana y política, derivada de las dificultades técnicas para recuperar la línea de aducción en el sector de Puente Abadía (Viaducto 3), infraestructura vital que colapsó meses atrás y cuya reparación ha sufrido múltiples contratiempos.
«Un nuevo aire» para la entidad
Al presentar su dimisión ante la plenaria del Concejo y la junta directiva, el ingeniero Aponte reconoció la complejidad del desafío técnico y manifestó que su renuncia busca «oxigenar» la entidad, permitiendo que una nueva dirección asuma la ruta de solución definitiva que la ciudadanía reclama.
El alcalde de Villavicencio, Alexander Baquero, aceptó la renuncia como parte de una reestructuración más amplia de su gabinete, solicitada protocolariamente a mediados de octubre para evaluar resultados y ajustar el rumbo de su administración de cara al cierre de año.
El reto del nuevo gerente
Tras la salida de Aponte, la administración municipal ha designado al ingeniero Mario Leandro Castro Espinosa como nuevo gerente general de la EAAV. Castro, quien cuenta con experiencia en infraestructura y el sector público, asume el cargo con una «misión prioritaria»: recuperar en el menor tiempo posible el caudal proveniente de Quebrada La Honda y estabilizar el sistema de distribución.
«Asumimos este reto con la claridad de que Villavicencio no puede esperar más. Nuestra prioridad técnica y operativa está volcada al 100% en el Viaducto 3 y en mitigar el impacto en los barrios mientras se normaliza la red», señalaron fuentes cercanas a la nueva gerencia durante el empalme.
Expectativa ciudadana
Mientras se consolida el cambio de mando, la comunidad villavicense se mantiene a la expectativa. Sectores sociales y veedurías han advertido que el cambio de nombres debe venir acompañado de resultados tangibles, exigiendo celeridad en las obras y un plan de contingencia más robusto que los carrotanques, los cuales han resultado insuficientes para cubrir la demanda de la ciudad.





