

El almacenamiento de energía con aire líquido (LAES) podría revolucionar la transición energética: una solución limpia, flexible y más barata que las baterías, ideal para un futuro 100 % renovable.
- Almacenamiento con aire líquido: opción limpia y flexible.
- Almacena energía durante días o semanas.
- Más barato que baterías de litio o hidroeléctrica bombeada.
- Aún no rentable sin subsidios.
- Puede mejorar sostenibilidad energética global.
- Potencial desaprovechado por falta de políticas activas.
Usar aire líquido para almacenamiento energético a gran escala
El futuro de las energías renovables pasa por resolver un problema básico: cómo almacenar la electricidad cuando hay sol o viento, y usarla cuando no lo hay. Una tecnología poco conocida, el almacenamiento de energía con aire líquido (LAES, por sus siglas en inglés), podría ser parte de la solución. Un equipo de investigadores del MIT y la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología ha analizado su viabilidad económica y técnica.
Qué es el almacenamiento con aire líquido
El LAES se basa en un proceso en tres etapas:
- Carga: cuando hay exceso de electricidad, el sistema la usa para enfriar aire hasta que se convierte en líquido.
- Almacenamiento: ese aire líquido se guarda en tanques aislados a temperatura muy baja.
- Descarga: cuando se necesita electricidad, el aire se calienta, se expande y mueve turbinas que generan energía.
No se usan materiales tóxicos ni escasos, y se puede instalar casi en cualquier lugar. Además, puede integrarse con procesos industriales que generen calor o frío residual, lo que mejora su eficiencia.
Ventajas frente a otras tecnologías
- Más limpio: solo usa aire y electricidad, sin generar residuos.
- Más flexible: no depende de montañas ni ríos, como el bombeo hidroeléctrico.
- Más barato: su coste nivelado de almacenamiento (LCOS) ronda los 60 dólares por megavatio-hora, un tercio del de las baterías de litio y la mitad del bombeo hidroeléctrico.
- Componentes comerciales: no requiere tecnologías exóticas ni metales críticos.
¿Es rentable?
Hoy en día, solo sería rentable en escenarios de descarbonización total para 2035, y en lugares con mercados eléctricos muy específicos, como Texas o Florida. En la mayoría de los casos, sin subsidios, la rentabilidad (medida como valor presente neto, NPV) sigue siendo negativa.
Se evaluaron distintos tamaños de sistemas y duraciones de almacenamiento. Los sistemas con capacidad para una semana eran más rentables que los de almacenamiento mensual, porque requieren menos inversión por unidad de energía entregada.
Qué podría mejorar su viabilidad
El equipo analizó dos posibles vías:
- Aumentar eficiencia energética: incluso llegando al máximo teórico, el impacto en la rentabilidad era mínimo.
- Aplicar subsidios: con ayudas del 40 % al 60 % del coste inicial, el NPV se volvía positivo en todos los escenarios realistas.
Conclusión clave: las políticas públicas pueden ser mucho más efectivas que los avances técnicos para que esta tecnología despegue.
Comparación con otras tecnologías de almacenamiento
Para comparar tecnologías, se suele usar el LCOS. En ese aspecto, el LAES es muy competitivo:
- LAES: ~60 $/MWh
- Baterías de litio: ~180 $/MWh
- Hidroeléctrica bombeada: ~120 $/MWh
Además, el LCOS del LAES varía según la ubicación, lo que indica que un único valor de referencia no refleja todo el potencial de esta tecnología.
Potencial de esta tecnología
El LAES podría desempeñar un papel crucial para lograr sistemas energéticos:
- Más resilientes: permite cubrir días sin sol o viento.
- Más limpios: evita el uso de combustibles fósiles para cubrir picos de demanda.
- Más descentralizados: se puede instalar en múltiples ubicaciones, incluso cerca de centros urbanos.
- Más seguros: reduce la dependencia de materiales críticos importados.
Con el avance de las renovables, almacenar energía limpia será tan importante como generarla. LAES ofrece una solución que no contamina, no depende del litio y puede escalarse a gran tamaño.
Vía mit.edu