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EE.UU. prohíbe el uso de la IA de DeepSeek a sus fuerzas armadas por preocupaciones de seguridad y privacidad

EE.UU. prohíbe el uso de la IA de DeepSeek a sus fuerzas armadas por preocupaciones de seguridad y privacidad


DeepSeek R1 ha llegado con mucha fuerza, posicionándose como el modelo de IA más avanzado desarrollado en China. Su éxito ha sido tan grande que ha generado preocupaciones en Estados Unidos, donde la Marina ha prohibido su uso por motivos de seguridad y privacidad. A diferencia de OpenAI y otras empresas estadounidenses, DeepSeek ha logrado desarrollar su IA con una fracción del hardware, utilizando solo 50.000 GPU de NVIDIA, lo que ha generado dudas sobre la eficiencia de los modelos occidentales.

El impacto de DeepSeek ha sido grande, no solo por su rendimiento, sino porque ha llevado a un desplome en la bolsa de NVIDIA, con pérdidas cercanas a 600.000 millones de dólares. Además, ha abierto el debate sobre si empresas como OpenAI, Meta y Google realmente necesitan millones de GPU para entrenar sus modelos. DeepSeek también ha destacado por ofrecer una alternativa Open Source, accesible para usuarios que quieran ejecutarla localmente sin conexión a Internet.

Estados Unidos le tiene miedo a DeepSeek.

Sin embargo, su política de privacidad ha encendido alarmas en Estados Unidos, ya que recopila una gran cantidad de datos de sus usuarios, incluyendo información del dispositivo, IP, patrones de tecleo y hasta datos de pago. A raíz de esto, Microsoft y OpenAI han iniciado investigaciones, sospechando que DeepSeek pudo haberse beneficiado de filtraciones de datos de OpenAI. David Sacks, asesor en IA de Donald Trump, ha afirmado que hay pruebas de que DeepSeek utilizó información de OpenAI para acelerar su desarrollo.

China ha demostrado que es posible reducir drásticamente los costos de desarrollo de la IA, lo que representa una amenaza para las gigantes tecnológicas de EE.UU. Si las sospechas sobre el uso de datos robados resultan ser ciertas, esto podría desencadenar nuevas restricciones y sanciones contra las empresas chinas, intensificando aún más la guerra tecnológica entre ambas potencias.

Fuente: NY Post



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