El secuestro de María Corina Machado, líder opositora venezolana y figura clave en la lucha contra el régimen de Nicolás Maduro, ha generado conmoción tanto dentro como fuera del país. Machado fue detenida hoy en el barrio de Chacao, Caracas, mientras lideraba una protesta en rechazo al cuestionado tercer mandato de Maduro. Esta reaparición marcaba el fin de 133 días en la clandestinidad, forzada por constantes amenazas de detención.
Durante su discurso, Machado proclamó la libertad de Venezuela y condenó el autoritarismo del chavismo. Sin embargo, minutos después de bajar del escenario, fue interceptada violentamente por agentes del régimen. Un operativo que incluyó 17 motocicletas, drones y camionetas concluyó con disparos que hirieron a uno de los motociclistas que la escoltaban. La líder opositora fue subida a una camioneta y, desde entonces, su paradero es desconocido.
Diversos líderes internacionales condenaron el secuestro y exigieron su liberación inmediata. Desde Estados Unidos, el congresista Mario Díaz-Balart y el senador Rick Scott calificaron la acción como un ataque flagrante contra los derechos humanos. Líderes de América Latina, como el ecuatoriano Guillermo Lasso y los colombianos Juan Manuel Santos e Iván Duque, se unieron a estas críticas, mientras que figuras europeas como Antonio Tajani e Isabel Díaz Ayuso denunciaron la brutalidad del régimen de Maduro.
Machado, quien había señalado que no permitiría que su libertad personal fuese negociada por la de su país, enfrenta un régimen que ha intensificado la represión tras elecciones de 2024, consideradas fraudulentas. Las protestas posteriores al acto electoral dejaron miles de detenidos, heridos y fallecidos en un país que lucha por recuperar la democracia. Organizaciones como Human Rights Watch advierten que esta acción busca deslegitimar cualquier avance hacia un proceso electoral transparente.
