

Utilizando electrodos en forma líquida, esta batería es suave y maleable, lo que permite una integración más creativa y eficiente en tecnologías futuras, como dispositivos médicos portátiles, robótica blanda y e-textiles.
- Batería blanda y moldeable.
- Funciona con electrodos líquidos.
- Hecha de plásticos conductores y lignina.
- Reciclable, sostenible, elástica.
- Ideal para dispositivos portátiles, ropa inteligente y robótica blanda.
- Aún limitada a 0,9 V, pero en desarrollo.
Una batería líquida que puede adoptar cualquier forma
Un equipo de investigadores de la Universidad de Linköping, en Suecia, ha creado una batería fluida capaz de adoptar cualquier forma, sin perder funcionalidad. La clave está en reemplazar los electrodos sólidos por materiales en estado semilíquido, permitiendo un diseño más libre y adaptable a nuevas tecnologías portátiles.
Electrodos líquidos: cambio de paradigma
A diferencia de las baterías tradicionales que requieren estructuras rígidas y voluminosas, este nuevo desarrollo aprovecha plásticos conductores (polímeros conjugados) combinados con lignina, un residuo de la industria papelera. Esta fórmula permite una batería:
- Flexible y extensible (puede estirarse hasta el doble de su tamaño).
- Reutilizable más de 500 ciclos sin perder capacidad.
- Moldeable, compatible con impresión 3D.
- Hecha con materiales abundantes y de bajo impacto ambiental.


Aplicaciones en tecnología portátil y medicina
La batería blanda se adapta perfectamente a un futuro donde se espera que más de un billón de dispositivos estén conectados a internet en la próxima década. Esto incluye desde teléfonos móviles hasta sensores biomédicos, marcapasos, textiles inteligentes y robótica blanda.
Gracias a su capacidad de integración sin limitaciones de forma, esta tecnología promete mejorar el confort y la funcionalidad de dispositivos que deben acomodarse al cuerpo humano, sin comprometer la eficiencia energética.
Ventajas frente a tecnologías anteriores
A diferencia de intentos previos que usaban metales líquidos como el galio —que se solidifican durante el uso—, esta batería mantiene su estado funcional durante la carga y descarga. Además, evita materiales raros o contaminantes, lo que la hace una opción mucho más sostenible y viable a gran escala.
Retos actuales y próximos pasos
El sistema todavía enfrenta un desafío técnico: el voltaje máximo actual es de solo 0,9 V, insuficiente para muchas aplicaciones modernas. Los investigadores trabajan en aumentar esta capacidad usando compuestos como zinc o manganeso, elementos comunes en la corteza terrestre, con buen perfil ecológico y económico.
Potencial
Esta innovación encaja perfectamente en un modelo de producción y consumo más respetuoso con el planeta:
- Economía circular: reutiliza subproductos industriales como la lignina.
- Materiales accesibles y no tóxicos: evita metales escasos y contaminantes.
- Menor huella de carbono: diseño más ligero y adaptable implica menos residuos.
- Facilita la miniaturización de dispositivos sostenibles, desde sensores hasta tecnologías médicas no invasivas.
Esta batería líquida es una muestra clara de que el futuro de la energía portátil no solo es más flexible, sino también más ecológico.
Vía liu.se