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California construye el mayor paso de fauna del mundo para salvar a los pumas del colapso genético

California construye el mayor paso de fauna del mundo para salvar a los pumas del colapso genético


El Wallis Annenberg Wildlife Crossing será el paso de fauna más grande del mundo y cruzará la autopista U.S. 101 en Agoura Hills, Los Ángeles.

  • Puente verde sobre autopista más transitada de Los Ángeles.
  • Conectará hábitats separados por el desarrollo urbano.
  • 64 metros de largo, 52 metros de ancho.
  • Previene atropellos y extinción por endogamia.
  • Cubierto con 5.000 plantas nativas.
  • Permitirá paso seguro a pumas, ciervos, mariposas y más.
  • Proyecto público-privado con fuerte respaldo estatal.
  • Finalización estimada: 2026.

El cruce de fauna más grande del mundo: una solución ecológica sobre ruedas

Cada año, entre 1 y 2 millones de choques entre vehículos y animales grandes ocurren en Estados Unidos. Este tipo de accidentes no solo dejan cientos de personas fallecidas, sino que también provocan la muerte masiva de fauna silvestre. Frente a este problema, surge una solución innovadora: los cruces de fauna. Estas estructuras permiten a los animales atravesar carreteras sin riesgo, restaurando la conectividad entre hábitats fragmentados.

En el estado de California, se está construyendo el cruce de fauna más grande del mundo: el Wallis Annenberg Wildlife Crossing, que cruzará la autopista U.S. 101 a la altura de Agoura Hills, en el condado de Los Ángeles. Será el primero de su tipo en un área urbana y promete cambiar el modo en que se relacionan infraestructura y biodiversidad.

Infraestructura al servicio de la naturaleza

Este cruce medirá 64 metros de largo por 52 metros de ancho y cubrirá 10 carriles de autopista. No es un simple puente: será una extensión del ecosistema, recubierto con 6.000 metros cúbicos de suelo y cerca de 5.000 plantas nativas como parte de su diseño. La vegetación incluirá especies autóctonas como el coastal sage scrub, lo que permitirá camuflar el cruce con su entorno natural.

Su diseño contempla distintos niveles de materiales —desde una capa impermeable hasta rocas y vegetación— para imitar un entorno natural y atraer a distintas especies. Pumas, ciervos, murciélagos, linces, mariposas monarca y conejos del desierto se beneficiarán directamente.

Un puente para salvar a los pumas

La necesidad urgente del cruce se remonta a estudios realizados en 1990 por la Santa Monica Mountains Conservancy. Los científicos advirtieron que sin una conexión con las colinas de Simi Hills, los pumas locales quedarían genéticamente aislados, aumentando la probabilidad de endogamia extrema (cruzas entre hermanos o padres e hijos), lo que podría llevarlos a la extinción.

Este aislamiento, provocado por el crecimiento urbano y las carreteras, ha creado islas ecológicas sin salida. El cruce es, por tanto, un intento directo de restaurar el flujo genético entre poblaciones y asegurar su supervivencia a largo plazo.

Ingeniería con propósito ecológico

El proyecto, iniciado en 2022 y con finalización prevista para 2026, es un esfuerzo conjunto público-privado. Está liderado por el Departamento de Transporte de California (Caltrans) y organizaciones como la Fundación Annenberg. Para el gobernador Gavin Newsom, es una muestra de cómo «los sueños se convierten en acción” cuando se prioriza tanto la seguridad vial como la protección del medioambiente.

Lo más importante: no se trata solo de animales, sino de una coexistencia inteligente entre desarrollo humano y naturaleza. Según Caltrans, el cruce también reducirá significativamente los accidentes viales, aumentando la seguridad de los conductores.

Potencial de esta tecnología para un mundo más sostenible

Los cruces de fauna no son solo puentes para animales, son símbolos de sostenibilidad aplicada. Permiten restaurar ecosistemas sin frenar el desarrollo urbano, reducir emisiones asociadas a accidentes y rescates, e incluso absorber CO₂ gracias a la vegetación plantada.

Este tipo de infraestructura verde puede integrarse a futuras obras viales, convirtiéndose en una norma ambiental, no en la excepción. Su implementación demuestra que es posible construir ciudades más seguras, resilientes y respetuosas con el entorno.

¿Qué podemos aprender de este proyecto?

  • La fragmentación de hábitats tiene consecuencias reales: desde la pérdida de biodiversidad hasta el aumento de accidentes viales.
  • Las soluciones sostenibles son posibles con voluntad política y diseño inteligente.
  • La ingeniería puede estar al servicio del medioambiente, no solo del desarrollo económico.
  • La convivencia entre humanos y fauna no es un lujo, sino una necesidad si queremos preservar los ecosistemas que nos sostienen.
  • Cada proyecto urbano debe considerar su impacto ecológico: no basta con construir, hay que construir con conciencia.

El Wallis Annenberg Wildlife Crossing no solo unirá dos colinas, reconectará un ecosistema y marcará un precedente mundial. Porque si los humanos causaron el problema, también pueden construir la solución.

Más información: 101wildlifecrossing.org



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