

Una solución de iluminación simple y eficiente inspirada en métodos vietnamitas durante la guerra, esta lámpara casera puede ser una herramienta útil en situaciones de emergencia, vida fuera de la red eléctrica o proyectos de autosuficiencia energética.
- Lámpara hecha con 2 latas de aluminio.
- Inspirada en modelos vietnamitas de guerra.
- Funciona con aceite de lámpara.
- También calienta agua.
- Sencilla, barata y reutilizable.
- Uso post-apocalíptico o autosuficiente.
- Ideal para sostenibilidad DIY.
Lámpara casera de emergencia con latas de aluminio
Materiales necesarios
- 2 latas de aluminio vacías
- Aceite para lámpara (puede ser vegetal, de oliva o específico para lámparas)
- Un trozo de algodón (de camiseta vieja, por ejemplo)
- Un pequeño recorte de aluminio (de otra lata o papel de aluminio grueso)
- Herramientas: tijeras, cuchilla o cúter, alicates, lima opcional




Instrucciones
- Retirar la parte superior de una lata cortando por el anillo interior con una cuchilla y retirándola con alicates. Se puede limar el borde para evitar cortes.
- Cortar una ventana de aproximadamente 6,3 cm² (2,5 pulgadas de lado) en uno de los laterales de la lata. Esto permite ver la llama y rellenar con aceite.
- Recortar la base de la segunda lata, a unos 3,8 cm desde el fondo. Esto será la parte superior que albergará la mecha.
- Hacer un agujero de unos 6 mm de diámetro en el centro de la base para pasar la mecha.
- Cortar una tira de algodón de 1,3 cm x 7,6 cm para usarla como mecha.
- Enrollar la mecha en un pedazo de aluminio (de unos 5 cm x 3,8 cm) para mantenerla compacta y facilitar su paso por el orificio.
- Llenar la base (la lata con la ventana) con aceite, colocar la mecha por el orificio y unir ambas partes presionando. La mecha debe quedar visible en la parte superior.
- Encender con cuidado. La mecha debe estar bien impregnada de aceite antes del primer encendido.


Seguridad y eficiencia
El uso de aceites vegetales o reciclados puede hacer esta lámpara aún más ecológica. Aunque su potencia luminosa no se compara con una bombilla LED, es suficiente para iluminar una pequeña habitación o calentar una taza de agua (alrededor de 250 ml) en 15 a 20 minutos, dependiendo de las condiciones.
Aplicaciones prácticas
- Supervivencia o emergencia.
- Refugios fuera de la red.
- Campamentos ecológicos.
- Educación ambiental y reciclaje.
- Complemento en sistemas autosuficientes.
Esta tecnología, aunque rudimentaria, refleja un principio clave de la sostenibilidad: aprovechar al máximo lo disponible. Al reutilizar materiales y reducir la dependencia de sistemas complejos o industriales, estas soluciones promueven:
- Autonomía energética.
- Reducción de residuos urbanos.
- Educación ecológica práctica.
- Alternativas bajas en carbono.
En contextos rurales o en comunidades sin acceso confiable a electricidad, este tipo de soluciones puede marcar la diferencia entre tener o no luz por la noche. Además, su simplicidad la convierte en una herramienta poderosa para talleres de formación en sostenibilidad y energías renovables.
Vía rootsimple.com

