Después de más de dos décadas de desarrollo, el emulador Dolphin ha logrado emular el 100 % de los juegos de Nintendo Wii y GameCube. Este logro marca un antes y un después en el mundo de la emulación, permitiendo conservar y jugar a miles de títulos de dos consolas icónicas que marcaron una época. La noticia llega justo en un momento en que el acceso a consolas retro se complica, y donde la preservación digital de videojuegos se vuelve cada vez más relevante.
Emulación total, más de 22 años de evolución
Lanzado en 2003 como un proyecto de código abierto, Dolphin comenzó emulando únicamente juegos de Nintendo GameCube, pero fue ampliando su alcance hasta abarcar la Wii completa y la Consola Virtual. Según datos compartidos en Reddit y confirmados por la comunidad oficial, el último título que quedaba por emular, The Daring Game for Girls, ya funciona en el emulador, cerrando así una lista de compatibilidad total.
Aunque no todos los juegos se ejecutan con el mismo nivel de estabilidad, el 69,5 % funcionan perfectamente, mientras que el 27,9 % son jugables con pequeños errores. Solo un 0,4 % de los títulos están marcados como rotos, pero incluso estos pueden ser reparados mediante forks especializados del emulador.
Conservación frente a la obsolescencia
Con Wii y GameCube ya fuera de producción desde hace años, el trabajo de Dolphin es clave para la preservación del patrimonio digital. En un contexto donde los títulos originales se encarecen en el mercado de segunda mano y las consolas se vuelven más difíciles de mantener, la emulación se convierte en una alternativa realista y accesible.
Además, Dolphin puede ejecutarse no solo en PC, sino también en teléfonos e incluso en Nintendo Switch con Linux, permitiendo jugar a títulos de Wii a 60 FPS mediante overclock. Todo esto, con resolución mejorada, opciones gráficas avanzadas y compatibilidad con mandos modernos.
Mientras compañías como Nintendo combaten activamente la emulación de consolas actuales como Switch, el desarrollo de emuladores para sistemas clásicos sigue vivo y alcanza hitos como este, reforzando su valor no solo como herramienta de juego, sino como proyecto de preservación cultural.
Fuente: Notebookcheeck