

El puente en Beaverbrook Park, Atlanta, es el primero de este tipo en Estados Unidos. Fue diseñado y construido por un equipo de Georgia Tech, liderado por el investigador Jud Ready.
- Parque Beaverbrook sin puente por falta de fondos.
- Turbina eólica reutilizada como puente.
- 15 metros y 3,175 kg por pala.
- Proyecto liderado por investigadores y estudiantes de Georgia Tech.
- Primera vez que se hace en EE.UU.
- Modelado avanzado y cálculos estructurales específicos.
- Gran potencial para reutilizar materiales compuestos.
Reutilización de palas de turbinas eólicas para construir puentes
Cuando el ingeniero Jud Ready se mudó al vecindario del noroeste de Atlanta, se implicó activamente en la mejora del parque Beaverbrook. Aunque lograron instalar senderos, zonas de juego y áreas deportivas, faltaba un elemento esencial: un puente para cruzar el arroyo que dividía el parque. Con una subvención insuficiente de la organización Park Pride, construirlo parecía inviable… hasta que surgió una idea innovadora.


Una solución ingeniosa
Gracias a su vínculo con el Instituto de Tecnología de Georgia, Ready descubrió que su colega Russell Gentry llevaba años investigando cómo reutilizar palas de turbinas eólicas fuera de servicio para infraestructuras como puentes. Gentry, miembro del Re-Wind Network, ya había participado en proyectos similares en Irlanda. El desafío era trasladar esa idea a Estados Unidos, adaptándola a las dimensiones y normativas locales.


Una infraestructura con materiales no convencionales
A diferencia del reciclaje convencional, donde el material se transforma en algo nuevo, en este caso hablamos de reutilización adaptativa: conservar la estructura original para aprovechar su resistencia. Cada pala mide 15 metros y pesa 3,175 kilogramos, por lo que transportarla desde un parque eólico en Colorado hasta Georgia fue todo un reto logístico.
El equipo, financiado por la National Science Foundation, el Departamento de Energía y la empresa Siemens Gamesa, incluyó a estudiantes de ingeniería civil, arquitectura y computación de Georgia Tech. Cada integrante tuvo un rol clave en el diseño, la planificación y la ejecución de la estructura.
Diseño a medida y tecnología aplicada
No existen códigos de construcción específicos para el uso de materiales compuestos como los de las palas eólicas en puentes. Por eso, el equipo tuvo que diseñar el sistema estructural desde cero, utilizando software de modelado avanzado y datos acumulados de años de pruebas. Se calcularon esfuerzos, deformaciones y se garantizó el cumplimiento de las normativas municipales.
Además, se involucraron empresas locales y exalumnos de Georgia Tech en la preparación del terreno, la instalación y el manejo de maquinaria pesada.
El resultado: Un puente funcional y sostenible
El puente fue instalado con éxito en marzo, permitiendo por primera vez cruzar el arroyo y conectar distintas zonas del parque. Este proyecto no solo resolvió un problema práctico, sino que demuestra el enorme valor de reutilizar componentes industriales que de otro modo terminarían como residuos.
La reutilización de palas de turbinas eólicas abre una puerta clave hacia una infraestructura más ecológica y circular. En lugar de desechar miles de toneladas de material compuesto altamente resistente y no biodegradable, es posible darles una segunda vida útil.
Ventajas principales:
- Reducción significativa de residuos industriales.
- Aprovechamiento de materiales de alta ingeniería con gran durabilidad.
- Disminución del impacto ambiental de nuevas construcciones.
- Fomento de la economía circular en el sector energético.
A medida que más turbinas eólicas lleguen al final de su vida útil, esta tecnología puede escalarse a pasarelas peatonales, mobiliario urbano o incluso viviendas temporales, transformando un problema de gestión de residuos en una oportunidad para construir un futuro más sostenible.
Vía gatech.edu