La cancha de La Bombonera tiene una atmósfera sin igual en los I Juegos Fronterizos, los minutos avanzan y con una alta precisión, dos equipos de fútbol de salón buscan la forma de marcar la diferencia en el marcador. La tribuna desborda de emoción cuando un jugador consigue la anotación para Turbo, pero su celebración es compartida con una persona en la tribuna.
El responsable del gol, Luis Eduardo Arroyo, y quien lo acompaña en su celebración es su hermana, Ledis Juliana, quien no participó en el certamen por una fractura en su pierna derecha. «Estamos los dos para apoyarnos, para afrontar los momentos buenos, pero, sobre todo, los difíciles», dice Luis Eduardo con convicción y tras un gesto lleno de significado al besarle la frente.
Para nadie es un secreto que el proceso de recuperación tras una lesión representa un camino con subidas y bajadas en el que la perseverancia es fundamental y el acompañamiento hace la diferencia. Por tal motivo, tal gesto de Luis está cargado de significado, pues le recuerda a su hermana que no está sola en este difícil momento.
El fútbol se convirtió en un vínculo especial para los hermanos, es una pasión que los acompaña desde pequeños, pues crecieron corriendo detrás de un balón en las calles de su natal Turbo. Cada gol, entrenamiento y sacrificio los fortalece día a día para alcanzar el sueño de representar su tierra.
Hace poco más de cuatro años ambos comenzaron con el fútbol de salón, a su estilo y con sus virtudes, los dos hermanos brillan en el campo de juego, por lo que su esfuerzo y disciplina los condujeron a vestir los colores de su departamento y representarlo en diversas competiciones.
Los dos reconocen que el camino no es sencillo, que son varios los sacrificios y las responsabilidades que conlleva la práctica de un deporte, pero el amor y su pasión los mantiene firme en cada entramiento y partido. «El deporte es prácticamente media vida para mí. Te hace olvidar de los problemas, te diviertes, creces en todos los aspectos», expresa Luis Eduardo.
Por el momento, mientras Ledis Juliana se enfoca en su recuperación, Luis Eduardo mantiene el ritmo en la cancha, jugando no solo por él, sino también por ella. Porque entre los dos hermanos existe un vínculo tan fuerte como su amor por el deporte y tan sólido como su perseverancia para superar cualquier obstáculo que, dentro y fuera del terreno de juego, se les presente en la vida.
Cortesía: Ministerio del Deporte.