
Los científicos sospechan que el origen de estos fragmentos son las bolsas compostables «biodegradables» que se utilizan para colocar los alimentos y los residuos de jardín. Analizaron el contenido de microplásticos en compost recolectado de 11 instalaciones en Victoria, Australia.
- 1 kg de compost contiene entre 1.500 y 16.000 partículas de microplástico.
- Microplásticos invisibles a simple vista, tamaño entre 20 y 500 micrómetros.
- Principales fuentes: fragmentos de plásticos mayores y fibras de tejidos.
- Bolsas biodegradables también contribuyen a la contaminación.
- Riesgo: pueden convertirse en nanoplásticos y ser absorbidos por plantas.
- No hay regulaciones específicas sobre microplásticos en compost en Australia.
- Necesidad de monitoreo para evitar que el compost sea una fuente de contaminación.
Microplásticos en el compost: una amenaza oculta
El compostaje se ha promovido como una solución sostenible para reducir los residuos orgánicos y mejorar la calidad del suelo. Sin embargo, un estudio reciente en Australia ha revelado que cada kilogramo de compost puede contener hasta 16.000 partículas de microplástico, muchas de ellas invisibles al ojo humano, con un tamaño de entre 20 y 500 micrómetros.
Principales fuentes de contaminación
El análisis de muestras de 11 instalaciones de compostaje en Victoria identificó que los microplásticos presentes en el compost provienen de dos fuentes principales:
- Microfragmentos y microfibras: Derivados de materiales plásticos mayores y fibras textiles.
- Bolsas compostables: Aunque son promovidas como una alternativa sostenible, muchas se degradan en fragmentos plásticos que terminan en el compost.
El estudio señala que las características físicas y químicas de ciertos microplásticos encontrados en el compost coincidían con las de bolsas biodegradables, lo que indica que estos productos también contribuyen a la contaminación.
Impacto en el medio ambiente y la salud
Los microplásticos no solo contaminan el suelo, sino que pueden descomponerse aún más hasta convertirse en nanoplásticos. Estos son lo suficientemente pequeños para ser absorbidos por las raíces de las plantas, lo que podría afectar la seguridad alimentaria y representar un riesgo para la salud humana. Además, los microplásticos pueden contener aditivos químicos tóxicos que podrían entrar en la cadena alimentaria.
Regulaciones insuficientes
En Australia, las políticas de gestión de residuos plásticos se centran en la reducción del desperdicio y la economía circular, pero no existen normativas específicas sobre la presencia de microplásticos en el compost. Esto deja a las plantas de compostaje, procesadores de residuos y consumidores sin protección ante una contaminación plástica inadvertida.
Acciones necesarias
Para evitar que el compost se convierta en una fuente de contaminación plástica, es fundamental:
- Implementar monitoreos regulares de microplásticos en instalaciones de compostaje.
- Regular los materiales compostables y mejorar los estándares para garantizar su biodegradabilidad real.
- Promover el uso de alternativas sin plástico, como bolsas de papel o contenedores reutilizables para residuos orgánicos.
- Concienciar a la población sobre la contaminación plástica oculta en los productos compostables.
Potencial de esta tecnología para hacer nuestro mundo más sostenible
Si bien el compostaje es una herramienta poderosa para la gestión de residuos y la regeneración del suelo, es esencial mejorar sus procesos para evitar impactos negativos. Con un control adecuado de los microplásticos, el compost podría:
- Reducir la dependencia de fertilizantes sintéticos y mejorar la calidad del suelo.
- Disminuir la emisión de gases de efecto invernadero al minimizar los residuos orgánicos en vertederos.
- Fomentar una economía circular real, donde los residuos orgánicos se transformen en recursos sin riesgo de contaminación.
- Proteger la biodiversidad del suelo, evitando la acumulación de plásticos en ecosistemas agrícolas.
El compostaje puede ser una solución efectiva y sostenible, pero solo si se implementan medidas para reducir la contaminación plástica desde su origen.
Más información: Microplastic in Australian processed organics: Abundance, characteristics and potential transport to soil ecosystem – ScienceDirect.