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Nuevo estudio descubre niveles alarmantes de microplásticos en tejido cerebral humano, vinculados a la demencia

Nuevo estudio descubre niveles alarmantes de microplásticos en tejido cerebral humano, vinculados a la demencia


Los cerebros de personas con diagnóstico documentado de demencia mostraron de 3 a 5 veces más microplásticos que aquellos sin la enfermedad.

Niveles alarmantes de microplásticos descubiertos en el tejido cerebral humano, vinculados a la demencia

Los cerebros humanos contienen mayores concentraciones de partículas plásticas que otros órganos, con niveles elevados en pacientes con demencia.

En un estudio publicado recientemente en Brain Medicine, investigadores presentan nuevas evidencias sobre la acumulación de microplásticos en el tejido cerebral humano, lo que genera preocupación sobre sus posibles implicaciones en la salud y estrategias de prevención. Este análisis se basa en un innovador estudio de Nature Medicine realizado por Nihart et al. (2025) sobre la bioacumulación de microplásticos en cerebros humanos post mortem.

El estudio revela que los cerebros humanos contienen aproximadamente una cucharada de microplásticos y nanoplásticos (MNPs), con niveles 3 a 5 veces más altos en personas con diagnóstico documentado de demencia. Aún más preocupante, los tejidos cerebrales mostraron concentraciones de MNPs entre 7 y 30 veces más altas que en otros órganos, como el hígado o los riñones.

Un aumento exponencial en los últimos años

«El dramático incremento en las concentraciones de microplásticos en el cerebro durante los últimos ocho años, de 2016 a 2024, es particularmente alarmante«, señala el Dr. Nicholas Fabiano, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Ottawa y autor principal del Comentario. «Este aumento refleja el incremento exponencial que también observamos en los niveles ambientales de microplásticos«.

De especial preocupación son las partículas de menos de 200 nanómetros, compuestas predominantemente de polietileno, que muestran una notable acumulación en las paredes cerebrovasculares y células inmunitarias. Su diminuto tamaño les permite cruzar la barrera hematoencefálica, lo que plantea interrogantes sobre su papel en enfermedades neurológicas.

Estrategias para reducir la exposición a microplásticos

El análisis destaca estrategias prácticas para disminuir la exposición. Uno de los cambios más efectivos es sustituir el agua embotellada por agua de grifo filtrada, lo que podría reducir la ingesta de microplásticos de 90.000 a 4.000 partículas por año. «El agua embotellada puede exponer a las personas a casi tantas partículas de microplástico al año como todas las fuentes combinadas de ingesta e inhalación», afirma el Dr. Brandon Luu, residente de Medicina Interna en la Universidad de Toronto. «Cambiar al agua del grifo filtrada podría disminuir esta exposición en casi un 90%, convirtiéndolo en uno de los métodos más simples para reducir la ingesta de microplásticos».

Otras fuentes significativas incluyen las bolsas de té de plástico, que pueden liberar millones de partículas micro y nanoplásticas por cada infusión. Además, la forma en que se calienta y almacena la comida también influye en la exposición. «Calentar alimentos en recipientes plásticos, especialmente en el microondas, puede liberar cantidades sustanciales de microplásticos y nanoplásticos», explica Luu. Sustituir los envases de plástico por alternativas de vidrio o acero inoxidable es una acción sencilla pero efectiva para reducir el contacto con estas partículas.

Si bien estos cambios son razonables, aún se requiere investigación para confirmar si reducir la ingesta de microplásticos conlleva una disminución en la acumulación en los tejidos humanos.

Posibles vías de eliminación de microplásticos del organismo

El equipo de investigación también explora potenciales mecanismos de eliminación de microplásticos en el organismo. Existen indicios de que la sudoración podría ayudar a expulsar ciertos compuestos derivados del plástico, aunque la eficacia de este proceso aún debe investigarse en profundidad.

Sin embargo, el Dr. David Puder, anfitrión del Psychiatry & Psychotherapy Podcast, advierte: «Necesitamos más investigación para comprender los microplásticos en profundidad, en lugar de permitir que se acumulen en nuestros cerebros sin que lo notemos». Según Puder, este fenómeno podría ser una de las crisis ambientales más desapercibidas.

Llamada a la investigación urgente

El Comentario hace un llamado a priorizar la investigación sobre microplásticos en la salud humana, estableciendo límites claros de exposición y evaluando las consecuencias a largo plazo. Los autores enfatizan la necesidad de estudios a gran escala para determinar la relación entre la exposición a microplásticos y las enfermedades crónicas.

Dado el creciente impacto de la contaminación por plástico en los ecosistemas y la salud humana, abordar esta problemática desde la sostenibilidad y la innovación en energías renovables es crucial. La reducción de plásticos de un solo uso, la promoción de materiales biodegradables y la mejora en los procesos de reciclaje deben ser parte de una estrategia integral para minimizar la presencia de microplásticos en el medioambiente y, por ende, en el cuerpo humano.

Más información: Bioaccumulation of microplastics in decedent human brain.



Fuente

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