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Nuevo estudio descubre que en muchos paises los campos de golf ocupan más tierra que las energías renovables

Nuevo estudio descubre que en muchos paises los campos de golf ocupan más tierra que las energías renovables


Un estudio publicado en la revista académica Environmental Research Communications revela que en numerosos países del mundo se destina más territorio a campos de golf que a instalaciones de energía renovable como parques solares o eólicos. Este hallazgo pone en evidencia la disparidad en el uso del suelo y cuestiona las prioridades actuales en el desarrollo de infraestructuras sostenibles.

Un uso del suelo desproporcionado

Mientras que las energías renovables suelen ser objeto de debate por su supuesto alto consumo de suelo, la realidad es que los campos de golf ocupan extensiones significativas de tierra, beneficiando a una población relativamente pequeña y, en muchos casos, de alto poder adquisitivo. Países como Estados Unidos y el Reino Unido dedican más superficie a campos de golf que a instalaciones de energías renovables, lo que podría estar limitando el potencial de crecimiento de estas fuentes limpias.

El estudio señala que en los diez países con más campos de golf, la superficie total utilizada en esta actividad recreativa podría albergar hasta 842 gigavatios (GW) de capacidad solar y 659 GW de capacidad eólica, cifras que superan con creces la capacidad instalada actual en muchas de estas naciones.

Impacto ambiental de los campos de golf

Más allá del espacio que ocupan, los campos de golf generan un impacto ambiental considerable. Su mantenimiento demanda grandes volúmenes de agua, lo que representa un problema especialmente grave en regiones con estrés hídrico. Además, el uso intensivo de fertilizantes y pesticidas contamina los suelos y cuerpos de agua cercanos, afectando la biodiversidad local.

En comparación, las instalaciones de energía renovable ofrecen una alternativa mucho más sostenible. Las granjas solares a gran escala requieren aproximadamente 0,01 km² por megavatio (MW) instalado, mientras que los parques eólicos necesitan alrededor de 0,12 km² por MW. Sin embargo, en el caso de los parques eólicos, solo una pequeña fracción del suelo se ve realmente afectada, ya que el espacio entre turbinas suele destinarse a actividades agrícolas o ganaderas, lo que permite un uso multifuncional del terreno.

Repensar la asignación del suelo

El doctor Jann Weinand, autor principal del estudio y jefe del departamento de Escenarios Integrados en el Instituto de Análisis de Sistemas Jülich del Forschungszentrum Jülich, sostiene que no se aboga directamente por la conversión de campos de golf en parques renovables, sino por replantear las decisiones sobre el uso del suelo. Ante la creciente necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mitigar el cambio climático, resulta fundamental evaluar si los terrenos infrautilizados podrían destinarse a proyectos de energía limpia.

La falta de planificación estratégica en el uso del suelo puede estar obstaculizando el desarrollo de infraestructuras renovables. A menudo, las zonas urbanizadas o dedicadas a actividades recreativas como el golf no son consideradas en los estudios sobre potencial energético, lo que limita la identificación de oportunidades viables para la transición ecológica.

Oportunidades y soluciones

Una posible solución sería integrar infraestructuras renovables en espacios ya ocupados, como techos de edificios, estacionamientos o incluso en las propias instalaciones de golf. Las placas solares podrían instalarse en áreas no utilizadas dentro de los campos de golf, contribuyendo así a la generación de electricidad limpia sin eliminar por completo su función recreativa.

Asimismo, se podrían diseñar políticas de incentivo para fomentar el uso de terrenos marginales o subutilizados en la instalación de energía renovable. Los gobiernos y las entidades reguladoras deben priorizar el desarrollo de proyectos sostenibles en espacios que actualmente generan un impacto ambiental negativo o tienen un bajo aprovechamiento social.

Este estudio pone de manifiesto que, a nivel global, la tierra destinada a los campos de golf supera la utilizada para el desarrollo de energías renovables, lo que abre un debate sobre cómo se deberían redistribuir estos recursos en favor de un futuro más sostenible. Repensar la asignación del suelo y promover estrategias de ocupación más eficientes podría ser clave para acelerar la transición hacia un modelo energético basado en fuentes limpias y renovables.

Más información: «Countries across the world use more land for golf courses than wind or solar energy«. Jann Michael Weinand, Tristan Pelser, Max Kleinebrahm and Detlef Stolten. DOI 10.1088/2515-7620/adb7bd



Fuente

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