Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han generado consecuencias inesperadas, como el renovado interés de las empresas tecnológicas taiwanesas en invertir en territorio estadounidense. La imposición de aranceles del 25% a los chips por parte de la administración Trump ha llevado a gigantes de la industria, como Foxconn, Quanta Computer, Wistron y Pegatron, a considerar seriamente el traslado de parte de su producción a Texas, buscando evitar las tarifas y fortalecer su presencia en el mercado norteamericano.
El objetivo de estas inversiones no es solo esquivar las tarifas, sino también posicionarse estratégicamente en el creciente mercado de servidores para IA. Según se informa, las siete principales fundiciones taiwanesas de servidores de IA han visitado Texas para evaluar posibles inversiones. Se cree que la construcción de nuevas plantas podría costar hasta 5.000 millones de dólares por instalación, lo que incluye terrenos, infraestructura y tecnologías de automatización.
Taiwán quiere evitar las tarifas de EE.UU.
El gobierno de Texas, liderado por Greg Abbott, ha mostrado gran interés en recibir estas inversiones, ofreciendo incentivos fiscales y prometiendo la creación de un centro tecnológico al estilo del Parque Científico de Hsinchu en Taiwán. Además, la presencia del proyecto Stargate, con su enfoque en centros de datos de IA, posiciona a Texas como un futuro hub tecnológico clave en Estados Unidos.
La estrategia de Trump busca incentivar la producción local, generar empleo y fortalecer la economía nacional. Al aumentar las tarifas y presionar a las empresas extranjeras a invertir directamente en suelo estadounidense, el presidente logra atraer capital extranjero mientras estimula el mercado laboral interno. Sin embargo, esta guerra comercial sigue escalando, con la expectativa de que China responda a estos movimientos y la Unión Europea intente mantenerse al margen, aunque podría verse afectada en el proceso.
Fuente: AP News