El Congreso de la República aprobó, en junio de 2024, la Ley 2381 de 2024, “por medio de la cual se establece el Sistema de Protección Social Integral para la Vejez, la Invalidez y la Muerte”, más conocida como reforma pensional del gobierno de Gustavo Petro.
La misma, entre varias modificaciones, no incluyó cambios dirigidos al aumento de la edad de jubilación, un aspecto señalado como crucial por diversos centros de pensamiento en el país.
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Dicha decisión generó opiniones encontradas entre expertos, ya que consideran que el sistema actual podría enfrentar serios problemas de sostenibilidad a causa de los cambios demográficos. “El sistema de jubilaciones no tiene cómo resistir a menos personas trabajando y más personas jubilándose”, habían advertido desde la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo) y la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif).
El presidente Gustavo Petro expresó, en su momento, que durante su administración no se permitiría ningún ajuste en la edad de jubilación. “Se protegerán los derechos adquiridos por los trabajadores nacionales”, aseguró en más de una oportunidad. Sin embargo, voces dentro del mismo Gobierno, como la de la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, insistieron en la necesidad de abrir el debate sobre el tema de cara al futuro.
Durante las discusiones sobre la reforma, Ramírez afirmó que en los próximos años el país debería abordar una reforma paramétrica que contemple las transformaciones demográficas y del mercado laboral, cuyo objetivo sea que los sistemas de pensiones sean financieramente sostenibles.. La ministra explicó que “esto lo hemos tomado de experiencias internacionales, de otros países que ya han vivido el proceso demográfico, como Japón, Alemania y Francia”.
A estos ejemplos se agregaron que dichos países buscaron soluciones atendiendo factores como la inmigración y los ajustes en las condiciones del sistema.
Fedesarrollo, uno de los centros de pensamiento más influyentes de Colombia, había propuesto elevar la edad de pensión de los hombres de 62 años a 65 años y la de las mujeres de 57 a 60 años. Según señaló la organización, estas acciones son necesarias para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones en el país. “Los cambios son sustanciales, ya que no se están consiguiendo los recursos para la sostenibilidad del sistema”, destacó la entidad que dirige Luis Fernando Mejía.
Por otro lado, la ministra Ramírez también sugirió que el estudio de un aumento en la edad de jubilación debería ser hecho por una comisión técnica especializada. Esta comisión, según sus declaraciones, debería estar “integrada por estadísticos, actuarios, matemáticos y economistas que nos permitan monitorear cómo va la implementación del sistema, analizando temas como el bono demográfico”.
Asimismo, resaltó que este análisis es esencial para que Colombia efectúe los ajustes necesarios antes de 2040.
La funcionaria enfatizó en que cualquier cambio debe ser estudiado de manera cuidadosa e implementado dentro de la justicia social. En ello reafirma su postura de que existe una ventana de tiempo de quince años para llevar a cabo una reforma estructural.
El presidente de Protección, Juan David Correa, había dicho que una construcción de futuro tiene unos parámetros: “Simplemente, en un ejercicio matemático se calcula cuánto tiempo se tiene para ahorrar, qué monto se tiene para ahorrar y cuánto tiempo se va a vivir. Como la esperanza de vida está en 77 años y cada cuatro años aumenta uno, en parámetros muy generales, definitivamente, lo que está sucediendo en todo los países del mundo es eso”.
Además, que no es sino mirar países diferentes, en los cuales la edad de pensión ya no solo se aumenta, pues ya en muchos de los países del mundo está por el lado de 65, sino que además se hizo otra cosa: ya se igualó la edad de jubilación y pensión de las mujeres, que hoy es cinco años menor en Colombia. Pero en muchos países ya entienden que la esperanza de vida en Colombia es de 77, pero la de las mujeres es de 80.
Puntualizó que las mujeres viven más hoy, y en el sistema colombiano tienen una brecha grandísima: ahorran cinco años menos y viven cinco años más. Es decir, hay una brecha de ahorro de casi que de diez años y eso tiene un impacto grandísimo en lo que corresponde a definición de una mesada pensional.
