En 2021, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, enfrentó una decisión importante: cerrar la división de Xbox o apostar por una estrategia agresiva de adquisiciones para impulsar el crecimiento de su servicio de suscripción Game Pass. Según se informa, Nadella eligió lo segundo, lo que llevó a la compra de ZeniMax Media (empresa madre de Bethesda) por 7.500 millones de dólares y la adquisición récord de Activision Blizzard en 2023 por 68.700 millones de dólares.
A pesar de estas inversiones masivas, el crecimiento de Game Pass ha sido más lento de lo esperado. Microsoft aspiraba a alcanzar 100 millones de suscriptores para 2030, pero hasta ahora solo ha llegado a 34 millones, lo que sugiere que gran parte del mercado de videojuegos «no necesita Game Pass», según un accionista de la compañía. Además, varios estudios líderes han rechazado incluir sus juegos en la biblioteca del servicio, lo que dificulta su capacidad para competir con otras plataformas.
Xbox casi cierra en 2021.
Microsoft también esperaba que el acuerdo con Activision Blizzard fortaleciera la adopción de su plataforma en la nube Azure por parte de desarrolladores. Sin embargo, ni siquiera Activision ha migrado completamente a Azure, continuando su dependencia de servicios como Google Cloud y Amazon Web Services. Esto resalta los desafíos de Microsoft para integrar a sus adquisiciones en su ecosistema tecnológico.
En un giro estratégico, Microsoft comenzó a lanzar sus juegos exclusivos en plataformas rivales, como PlayStation y Nintendo Switch. Aunque inicialmente limitado a un puñado de títulos, rumores sugieren que franquicias insignia como Halo también podrían llegar a otras plataformas en el futuro. Este enfoque podría ser un intento de recuperar relevancia en el mercado, aunque plantea preguntas sobre la estrategia a largo plazo de Xbox como ecosistema exclusivo.
Fuente: The Information