Microsoft sigue promoviendo la transición a Windows 11, pero no ha abandonado por completo a los usuarios de Windows 10, a pesar de que el soporte oficial de este sistema operativo finaliza en octubre de 2025. La última medida anunciada es la inclusión del nuevo cliente de correo electrónico Outlook en Windows 10, que llegará como parte de la actualización de seguridad de febrero.
Aunque esta incorporación podría ser vista como una mejora, también ha generado controversia. Según Microsoft, la nueva aplicación Outlook se instalará automáticamente y no reemplazará al cliente clásico, permitiendo que ambos coexistan y se ejecuten en paralelo. Sin embargo, los usuarios no tendrán la opción de optar por no instalar esta aplicación, lo que ha causado molestia en algunos sectores.
Microsoft forzará la instalación de la nueva versión de Outlook.
El cliente estará disponible como parte del paquete de vista previa del 28 de enero y se integrará de forma más amplia con la actualización de seguridad programada para el 11 de febrero. La compañía asegura que el nuevo Outlook se encontrará en la sección de aplicaciones del menú Inicio y no alterará configuraciones predeterminadas del sistema o del cliente clásico existente.
Esta decisión resalta el esfuerzo de Microsoft por unificar su ecosistema de aplicaciones, pero también plantea dudas sobre el control que los usuarios tienen sobre sus dispositivos. Si bien algunos verán la inclusión del nuevo Outlook como un paso adelante en funcionalidad, otros podrían considerarlo una imposición que reduce su capacidad de personalización en Windows 10.
Fuente: PC World