Ubisoft atraviesa una de las peores crisis financieras de su historia, con sus acciones desplomándose un 45% en el último año y alcanzando mínimos históricos. La situación empeora con pérdidas netas de 494 millones de euros en 2024 y una reducción del pronóstico de ingresos para el año fiscal 2025, bajando de 2.300 millones a 1.950 millones de euros. La combinación de bajas ventas, retrasos en proyectos clave como Assassin’s Creed Shadows, y el fracaso de títulos como Star Wars Outlaws y Skull and Bones ha arruinado la confianza de los inversores.
Internamente, Ubisoft enfrenta despidos masivos y el cierre de estudios como los de San Francisco y Osaka, acompañados por la cancelación de proyectos como el shooter XDefiant. La caída de ingresos ha reducido su valor de mercado de 12.170 millones de dólares en 2021 a solo 1.710 millones en enero de 2025, un desplome del 85% en apenas cuatro años. Este deterioro alimenta los rumores de una posible adquisición por parte de Tencent, que ya posee más del 9% de los derechos de voto, o incluso una privatización liderada por la familia Guillemot.
La situación de Ubisoft no deja de empeorar.
La fragilidad de Ubisoft empeora con su dependencia de lanzamientos futuros. Títulos como Assassin’s Creed Shadows, cuyo retraso a febrero de 2025 ya ha impactado negativamente en las acciones, son ahora fundamentales para la supervivencia de la compañía. Sin un éxito rotundo, Ubisoft podría enfrentar la bancarrota o la venta forzosa a otra empresa.
En este contexto, Ubisoft tiene un margen de acción limitado. Mientras Assassin’s Creed Shadows representa su última esperanza para recuperar la confianza del mercado, las decisiones estratégicas en los próximos meses determinarán si puede estabilizarse financieramente o si sucumbirá a una adquisición inevitable.
Fuente: MarketCap
