Durante las fiestas, Anton Gorelkin, vicepresidente del Comité de Política de Información de la Duma Estatal, reveló detalles sobre un ambicioso proyecto ruso: el desarrollo de una consola de videojuegos nacional. Esta consola, que integrará un procesador Elbrus desarrollado localmente, estará impulsada por Aurora o Alt Linux, versiones adaptadas del sistema operativo Linux. Este movimiento resalta los esfuerzos de Rusia por reducir su dependencia de tecnologías occidentales y avanzar hacia la soberanía tecnológica.
El procesador Elbrus, diseñado principalmente para aplicaciones de defensa e infraestructura crítica, no alcanza los niveles de rendimiento de competidores como Intel, AMD o Arm, y mucho menos el de consolas como la PS5 o la Xbox Series X. Sin embargo, la propuesta de Gorelkin se centra en desarrollar una plataforma para «videojuegos caseros», lo que apunta a la creación de una comunidad de desarrollo local más que a competir directamente con la industria global de juegos.
Rusia tendrá sus propias consolas.
En paralelo, se está trabajando en otra consola llamada Fog Play, enfocada en el juego en la nube. Este dispositivo permite a los usuarios alquilar equipos de alto rendimiento para jugar remotamente, posicionándose como una alternativa ante la limitada capacidad tecnológica local. Estos proyectos forman parte de un esfuerzo más amplio de Rusia por diversificar su tecnología, especialmente tras las sanciones internacionales derivadas de su invasión a Ucrania.
Aunque Rusia ha avanzado en algunos aspectos, como la adopción de Astra Linux en sectores gubernamentales y militares, sigue enfrentando grandes desafíos. La dependencia de la tecnología china, desde smartphones hasta componentes electrónicos, es un recordatorio de las dificultades del país para alcanzar una verdadera independencia tecnológica.
Fuente: Engadget