En lo que va del año 2024, Colombia ha experimentado una reducción mínima en el número de matanzas, alcanzando 75 incidentes violentos hasta el 2 de diciembre, según informes del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
Esto significa una disminución de 18 matanzas frente a 2023 para el mismo período donde ocurrieron 93 hechos violentos. Este tipo de violencia, que se ha convertido en una tragedia recurrente, refleja el contexto de inseguridad y conflicto armado en varias regiones del país.
Uno de los casos más recientes tuvo lugar en el municipio San José del Guaviare, en el departamento del Guaviare, al sureste del país, donde cuatro personas fueron asesinadas y una mujer herida. Según un comunicado de la Corporación Ambiental Amazonia Verde, 3 de las víctimas pertenecían a la organización dedicada a la conservación del medio ambiente y que un grupo paramilitar sería el responsable de la matanza.
Según el coronel Gonzalo Esteban Blanco, comandante de la Policía del Guaviare, en diálogo con algunos medios de comunicación regionales, “en esta zona hacen presencia disidencias de las FARC de los frentes primero y 44″.
Matanzas en Colombia: una problemática sin fin
Las matanzas en Colombia no son un fenómeno aislado. La región sur del país, especialmente en los límites entre Cauca y Nariño, se ha convertido en un foco de violencia constante.
Estos actos de violencia son cometidos principalmente por grupos armados como el Frente Carlos Patiño del Bloque Occidental y bandas locales que operan al margen de la ley. La situación se complica debido a la falta de alertas tempranas efectivas por parte de las autoridades, lo que agrava la percepción de inseguridad en las comunidades.
“La situación de las masacres es digamos una situación que ha venido desencadenada por distintos fenómenos entre ellos pues la criminalidad, mucha de ella urbana y básicamente en 2024 tenemos una baja frente a las cifras que teníamos entre 2023 y 2022, que era sobre las 90 masacres”. dijo Juana Cabezas, investigadora de Indepaz, en una entrevista virtual con la Voz de América.
Hasta el 2 de diciembre de este año, según los datos de Indepaz, se registraron 71 incidentes de violencia en Colombia, muchos de ellos relacionados con el asesinato de líderes sociales y miembros de grupos armados.
Sin embargo, según el Instituto, existe un subregistro de matanzas y asesinatos que, por el control que ejercen los grupos armados en las zonas rurales y de difícil acceso, “no han sido denunciados por las poblaciones” dijo Cabezas.
Líderes comunales, las principales víctimas
Según los registros presentados, los líderes comunales, aquellos que están afiliados a las Juntas de Acción Comunal (organización cívica sin ánimo de lucro que se forma por vecinos de un lugar para resolver las necesidades de la comunidad) “en cargos directivos, es decir, fiscal, tesoreros, presidentes, vicepresidentes de Junta de Acción Comunal, que son quienes nosotros registramos en nuestras bases son los perfiles o los sectores sociales más afectados” acotó la investigadora de Indepaz.
Otras de las principales víctimas asesinadas este año en estos hechos son indígenas líderes y defensores de derechos, campesinos, líderes afrodescendientes, ambientalistas y líderes sociales.
La importancia de los diálogos con algunas guerrillas para la disminución de las matanzas
A pesar de que el panorama aún sigue siendo desalentador y la disminución presentada en el 2024 es mínima, los expertos aseguran que las mesas de diálogos de paz con algunas de las guerrillas como el ELN, las disidencias de las FARC y el Clan del Golfo, además de los ceses al fuego que se han logrado por distintos períodos con estos grupos insurgentes, son la principal causa para esta reducción en las cifras de asesinatos.
“Podríamos adjudicar un poco a la Paz Total, en esas mesas de diálogo que se abrieron y los ceses al fuego que se pactaron en el primer semestre de 2024 han sido efectivos en ese sentido” puntualizó Juana Cabezas.
Los departamentos que más sufrieron de la violencia fueron Antioquia, seguido de Cauca, Valle del Cauca y Norte de Santander. Por su parte, Nariño y el pacífico presentaron una reducción significativa frente a años anteriores cuando encabezaban la lista.
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