El doble campeón bolivariano de billar en Ayacucho, José Juan García Núñez, es el resultado de una herencia modelo que recibió de su padre, policía hoy retirado, que supo aprovechar gracias a su pasión, disciplina, consagración y perseverancia. El billar se convirtió en su propia vida.
Por Alberto Galvis Ramírez
Director de la Revista Olímpica y Presidente de la Academia Olímpica Colombiana
José Juan García Núñez, el doble campeón de billar en los Juegos Bolivarianos del Bicentenario Ayacucho 2024, es un ejemplo del atleta de un deporte que él logró convertir en su profesión y en su más importante razón para vivir y luchar.
Nacido en Bogotá, el 16 de marzo de 1992, en el hogar del policía José Juan García y de María del Carmen Núñez, el doble campeón de billar en los Juegos Bolivaranos del Bicentenario Ayacucho 2024 es el resultado de un camino trazado por su padre, quien le heredó la afición por el billar, y le inculcó principios y valores como la disciplina (propia de su carrera militar), la pasión, el sacrificio y la perseverancia en la búsqueda de sus metas.
Cuando José Juan hijo tenía un año, la familia se trasladó a Buga, Valle del Cauca, patria chica de su padre, por razones profesionales.
Sin embargo, tres años después los García Núñez, con nueva integrante a bordo, su hermana, Yeisy Liliana, regresaron a la capital para residenciarse en la vecina población de Soacha, Cundinamarca, a la cual estaría ligado estrechamente desde entonces.
Matriculado en el Colegio Municipal Ciudad Latina, del barrio del mismo nombre, en el cual vivían, la primera actividad que lo atrajo fue el fútbol, que empezó a practicar con sus compañeros y en una escuela de formación.
Sin embargo, a los nueve años, una lesión en una de sus rodillas lo sacó definitivamente de este deporte, que era su pasión. En ese momento afloró la vieja afición de su padre por el billar, todavía considerado una práctica poco santa, por su cercanía con la bohemia. Consciente de las enormes diferencias con el fútbol, para suplir la ausencia definitiva del deporte que le gustaba, su padre le regaló una mesa chiquita de billar, con la manifiesta esperanza de que se distrajera, y la secreta ilusión que lo practicara con juicio.
Luego de vencer el aburrimiento por el cambio tan brusco de actividad física, a José Juan hijo le empezó a gustar el billar, por lo menos el que practicaba en la soledad de su casa, pues estaba muy pequeño para frecuentar los poco ponderados billares públicos, a los cuales iba a acompañar a su papá, quien era un diestro jugador. En esas incursiones, José Juan hijo logró encariñarse del billar, que practicaba en su pequeña mesa, de acuerdo con todo aquello que aprendía al lado de su padre, quien para adelantarse al futuro, lo adoctrinó en la necesidad de estar alejado del licor.
Entretanto, José Juan alternaba su tiempo en sus estudios, y en el pequeño billar, sin pretensiones diferentes a la distracción de sus rutinas escolares.
Cuando tenía 12 años, José Juan fue invitado por su amigo Alberto Vallejo, mayor que él y también billarista, a un torneo departamental sub 21, en el que le fue mal, pero quedó motivado a seguir practicando.
Se dispara su carrera
Dos años después, con 14 de edad, la historia le empezó a cambiar, de manera brusca, porque se consagró campeón departamental en el mismo torneo sub 21 de su estreno y después ganó la corona nacional de dicha categoría.
Luego vendría su debut internacional, en el campeonato Panamericano Juvenil, en Montevideo, Uruguay, en 2007.
Para cerrar la temporada clasificó al Mundial de la categoría, en España, pero no logró obtener la visa visa shengen, y debió renunciar a esa gran experiencia.
Al finalizar ese año, José Juan empezó a recoger la cosecha de su rápida siembra, al ser elegido como el Deportista del Año, en Soacha, que le representó recibir de la alcaldía de Jesús Ochoa, una casa, como reconocimiento, premio que le enseñó que con disciplina y resultados podría recibir muchas recompensas más.
En los años siguientes, José Juan siguió compitiendo y ganando en los torneos sub 21, gracias al apoyo económico de la Liga de Billar de Cundinamarca y del Instituto de Deportes del municipio, que le permitieron prepararse y viajar continuamente a certámenes importantes.
Este respaldo fue reforzado por su papá, quien se retiró de la Policía Naciona, compró un billar y contrató a su hijo para que trabajara con él. Ahora las condiciones de entrenamiento eran superiores, porque mientras trabajaba podía jugar billar, actividades poco compatibles para el resto de los billaristas.
Ya tenía claro que su vida era el billar, pero el billar deportivo, alejado de cualquier manifestación extra que lo sacara de su disciplina y de sus rutinas de entrenamiento.
Gracias a esa convicción y a la disciplina que había aprendido de su padre y de la vida, en el 2015 José Juan fue subcampeón nacional juvenil; en el 2016, campeón nacional de maestros y quinto en la Copa Mundo, celebrada en Corea del Sur; tercero en el Panamericano por equipos, y campeón del Grand Prix, los dos certámenes realizados en Argentina; en 2018, subcampeón panamericano, en México, y bronce en el Panamericano en Huancayo, Perú, y en 2019 , tercero en el Panamericano, en Lima, Perú.
Como premio a esos resultados fue galardonado como el Deportista del Año por Acord y por Indeportes Cundinamarca, en el 2014.
Juegos Mundiales y Ayacucho 2024
En el 2022, José Juan clasificó a los Juegos Mundiales, destinados a deportes que no forman parte del programa de los Juegos Olímpicos, como el billar.
En su celebración, en julio, en Birmingham, Estados Unidos, logró la medalla de plata, en la modalidad de tres bandas, como escolta del holandés Dick Jaspers, el campeón. Aunque perdió la final, José Juan comenzó su participación derrotando a dos estrellas del billar mundial, el turco Tayfun Tasdemir y el vietnamita Quyet Chien Tran, y en semifinales, a su compatriota Pedro González.
En el 2023 su más importantes actuaciones ocurrieron en el Grand Prix Panamericano, celebrado en Portoviejo, Ecuador, en el cual fue quinto, y en el Festival de Verano-Torneo de Maestros, en Bogotá, en el que terminó segundo.
Finalmente, en el 2024 alcanzó su consagración como campeón en los Juegos Bolivarianos del Bicentenario, en Ayacucho, Perú, en los cuales ganó las medallas de oro en equipos masculinos, acompañado de Huberney Cataño, y en equipos mixtos, con Claudia Lalinde. José Juan igualó en medallas de oro, en total, a su compatriota Lainiker Quiñónez, quien obtuvo oros, en individual y en billar pool bola nueve.
José Juan García complementa su vida al lado de su esposa Leidy Lorena Duarte, y de su hija Dana Valentina García Duarte, con la mira puesta en los torneos mundiales de billar que se avecinan, y en los Juegos Mundiales 2024, en los cuales buscará esa medalla de oro que se le escapó en la anterior celebración.